Subir a la montaña que esconde los secretos;
Donde se encuentra el libro que pocos han abierto;
Quiero el fuego robar -un nuevo Prometeo-
Para verdad, razón, sembrar en campo abierto
Llegar al Paraíso, desvelar en silencio,
Los prohibidos arcanos, los enigmas del cielo;
Para dárselos todos, transformados en viento,
A los perdidos hombres en tenebroso duelo;
Quiero ser Quetzalcóatl, una serpiente al vuelo,
La deidad adorable que anima a los despiertos;
No quiero oscuridad ni escuchar más lamentos,
Sino hombres felices con los ojos abiertos;
Quiero ser como un Ícaro elevándose al cielo,
Gritando libertad, sin temor, con denuedo,
Afrontando al fracaso, a morir al intento
Lo importante es decir: ¡Mi verdad yo defiendo!