A Sara A., por supuesto
Será que tu mirada puede
atravesar mi alma cada vez que tus ojos
recorren, presurosos y acariciadores, la línea
azul índigo de mi horizonte.
Amanezco en tu ombligo cada mañana
liviano como un beso de buenas noches y
volátil, con esa voz tuya tan tersa que
acuna mis sueños y me
resguarda de todo mal, puerta
entornada en el
zaguán de mi vigilia.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.