Amor,
te invito a que vayamos juntos
A celebrar la vida.
Dejemos por un día la agrisada ciudad
Nosotros, tan urbanos, salgamos a mirar
Con ojos citadinos campesino esplendor.
La primavera pinta caminos despoblados
De amarillos y verdes, rosas, anaranjados…
¡Mírame! Adornada también como una flor…
Hagamos el amor en siestas somnolientas
A la orilla de un río, bajo un sauce llorón
Pegados a la tierra. Con las palmas abiertas
Sintiendo en la piel blanca la caricia del sol.
Ya me he soltado el pelo y quitado las sandalias.
¡Es todo un desafío descalzarse los pies…!
El pasto está tan fresco…y todo está tan vivo…
Estos bosques nativos son tuyos y son míos,
Sus pájaros, sus trinos, sus troncos, sus espinos…
¡juguemos a llamarnos con nombres de los árboles
Que ven imperturbables mi festivo impudor!
Me llamarás Acacia. Te llamaré Ciprés.
….Acacia suena tierno. Ciprés, no va contigo
Evoca cosas quietas… y estás aquí ¡conmigo!
¡Y todo es una fiesta! Serás acaso… ¡pino!
Un pino fuerte y ancho de copa perfumada
Y te recorrerá entero mi mano enamorada
Perfumando de acacias las plantas de tus pies!
Cristina Cammarano