Un niño lloró, se miró
sus zapatos viejos
y estropeados
y se sintió desgraciado.
Se sentó en un banco;
a su lado había un niño
rico, con los zapatos
nuevos y bonitos.
El niño rico le habló
pero él no le contestó;
se retiró llorando
bajo un árbol.
Entonces pidió un deseo
con toda su fuerza mental
y su corazón:
cambiarse por aquel niño
de los zapatos bonitos.
El deseo se cumplió
y en el banco de pronto
se vio sentado
convertido en aquel niño
bien vestido y con
los zapatos nuevos
y bonitos.
Pero una enfermera
vino a buscarlo
con una silla de ruedas;
no podía caminar,
estaba paralítico
y el niño se desesperó.
El otro niño que antes
era rico, ahora saltaba
y por los aires volaba,
lleno de júbilo y alegría
porque podía andar,
correr y jugar.
Moraleja:
Desear lo que tienen los demás
trae mucha infelicidad,
desgracia y calamidad.