Supe de tu vida
temí tu muerte,
te imaginé tendida
y sin poder verte.
No te imaginé vencida
ni rendida a la suerte,
te vi convencida
de luchar como siempre,
Supe de tu vida
supe de tus batallas,
te vi fortalecida
como una muralla.
Supe de tus vicisitudes
y ante tanta incertidumbre,
vi que no eludes
llegar a la cumbre.
Supe de tu vida
en todo momento
y el alma me convida
a un nuevo encuentro.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Maracaibo, Venezuela