Para ti
todas las noches de insomnio
que pasé imaginándote entre mis brazos,
sintiendo tu respiración
infundiendo un último anhelo de vida a mi ser.
Para ti
todas las gotas de lluvia
que una vez cayeron sobre mí,
cuando mi alma te buscaba
por entre sombras y ruinas.
Para ti
los delirios vehementes
que conmocionaban mi razón
cada vez que sentía inevitable tu partida
sin necesidad que no estuvieras.
Para ti
los pétalos de todas las rosas
que arranqué de mi jardín,
que todavía se conservan entre esta carta
y guardan tu aroma.
Para ti
mi universo de estrellas
donde tú eres el sol
y mis ojos perdidos
en la dimensión de tu mirada.
Para ti
lo más importante:
mi vida
y con ella todo el amor
que jamás dejaré de sentir.