Al abrirse una herida incurable dejé este pueblo triste
Y volví a el cuando sentí que había cicatrizado esa cicatriz
que sin saberlo me unía inevitablemente a ti.
Estábamos predestinados a encontrarnos
Y nosotros,
sin saberlo, pero intuyéndolo,
fuimos mas allá
y jugamos a amarnos
Pero nuestro pasado en forma de doloroso recuerdo,
volvío para atormentarnos
y aun necesitándonos, consiguió separarnos.
Somos tan solo otra historia de un pequeño pueblo
De esas que todos saben y comparten a escondidas...
De esas,
que se dejan atrás,
pero jamás se olvidan
Y tu,
ahora te marchas...
Quizá un poco ofendida,
por sin saberlo entregarte a aquel que trastocó tu vida.
Te marchas en busca de un sueño
Lejos de este pueblo en donde perdiste tu alma.
En donde nunca has conseguido encontrar la calma
Te marchas,
al igual que han hecho muchos antes que tu.
Como yo hice antes de volver...
Antes de creer ciegamente en esa frase,
que solo tu y yo sabemos su significado...
Y aquí estoy,
viéndote marchar en ese autobús
Sin saber si vas a volver...
Sin saber si alguna vez te volveré a ver...
Sabiendo que te quise,
pero sin saber cuanto me llegaste a querer.
Tan solo quedándonos estos versos que hablan de nosotros
Que acabaran empapados por tus lágrimas al leerlos...
Me alegra por fin poder ver que hay esperanza en tus ojos,
Esperando a que cuando cicatrice tu herida decidas volver
O que al menos,
me puedas querer.
Te vas,
sin mirar atrás
Dejando de formar parte
de esta triste
HISTORIA DE UN PUEBLO