Madrid, 22 de Marzo de 2012
Hoy dibujo un día de primavera,
trazando el espacio de la pradera
donde nos amamos en aquella era,
al lado del árbol de la ladera.
Dibujando el rostro que se ha grabado
en la materia gris que ha perpetuado,
perturbando cada espacio perenne
lucubrando el sin dormir adyacente.
Hoy dejando plasmada la silueta,
en el papel oscuro de hojas secas,
que mermará la inspiración etérea,
preludio de la última pincelada
que protege ese bellísimo instante,
de la perpetuidad pulcra inspirada.
Wicttor