La luz de una vela ilumina mi solitaria habitación,
no vive nadie conmigo,
excepto mis propios pensamientos;
los ruidos se desprenden del silencio,
y se puede oír latir,
a mi joven, aunque gastado corazón.
Un susurro llega a mis oídos,
intento evitar su audición,
pero cada vez se hace mas intenso,
es como si alguien respirara a través de mis oídos,
como si una persona invisible,
se encontrara continuamente exhalando su fuerza vital
en mis pabellones auditivos,
el corazón se me acelera,
a parte del susurro,
comienzo a sentir un bombeo de sangre mas intenso,
el susurro se mezcla con mis latidos,
se produce una unión compatible,
parece que se complementan,
ahora ya no escucho dos ruidos,
solamente puedo oír uno.
Siento como tu presencia se funde
con los cada vez mas fuertes latidos de mi corazón,
no me resisto,
me dejo llevar por su ritmo,
y empiezo a notar que entra en mí,
que me toca,
que me traspasa
que me posee,
es como si tocara las nubes,
puedo sentirlas,
pero jamás podré acariciarlas físicamente,
simplemente me doy cuenta de que estoy contigo,
puedo pensar como lo haces tú,
puedo sentir tus propios pensamientos,
tus sensaciones,
tus sentimientos,
pero no puedo demostrar empíricamente tu presencia,
por lo que me tengo que conformar
con ese susurro que invade mi cuerpo,
cada vez que pienso en ti.