Los barrotes te llevaron
al camino de tu casa
valiente calzo dejaste
como tus heridas abiertas en palabras.
¡Cómo me duele haberte perdido hermano!
hermano mío eres, ¡si!
de alta cuna Oriolano.
Fuiste grava y piedra
fuiste voz y cuna ¡hermano!
fuiste losa y tierra
fuiste de alta cuna ¡Oriolano!
Fuiste al silencio de la perpetua condenada
que apretaba su voz
contra tu pecho y heridas de piedras.
Tu mirada entre estas paredes
son heridas que te deben
donde abrirán esas puertas de grietas
y tus palabras que reposan junto a ellas
¡se irán de su celda!
junto a tu voz
¡sin ser garganta desecha!.
¡Cómo me duele haberte perdido hermano!
hermano mío eres ¡si!
de alta cuna Oriolano.