Son las horas inciertas de la madrugada
pienso, que de los reyes de mi infancia
recuerdo un par de zapatos vacíos,
creíamos en la oscura presencia de la risa.
Las mañanas de altozanos al sol
y de espaldas, al temor de la miseria
todo llegaba débil
como un baile lejano
Tal vez, “tu lo recuerdes”
hablábamos en voz baja
bajo la luz, de los pueblos escondidos al miedo
se veía una y otra vez,
cuerpos poblados de veletas encendidos
extendidos sobre generaciones antiguas
No pude vivir,
en lugares cargados de paciencia
no tuve batallas sin esperas
y con estos mismos labios, que han de comer la tierra
te muerdo con los dientes, te hiero en esta guerra.
Y después, al abrigo del mar
escuchábamos canciones en la radio
mientras las ancianas de negro
paseaban sosteniendo nuestra supervivencia.
Hubo noches, que incluso se llega a la verdad
antes el huéspedes incomodo,
del alcohol y el tabaco
bajo una lluvia fina, de polígonos
Perdón si hice llorar,
pero nada queda sino la huella
de este extraño placer
que siento al describirlo,,,,