Me atormenta el recuerdo de tus manos acariciando mi cuerpo, agonizo ante la imagen de tu lengua degustando hasta el ultimo centímetro de mi morfología, muero un poco al recordar el acople de nuestras pieles.
Mis pesados parpados despiertan del ensueño para encontrar tu imagen ausente, tu rastro frio, y mi cuerpo a la deriva. Me estremezco al pensar en el pasado, donde estabas, donde te hallaba, donde nuestros cuerpos danzaban y se amaban.
Los recuerdos resbalan por tu piel caliente y sudada, se sumergen en la humedad de tus besos, se evaporan en los gemidos que emigran a la nada, navegan en el elixir de tu virilidad; me abandona en la cumbre del orgasmo, me alimenta en mi ansiedad.