En ocasiones mis sueños
congregan posibles e imposibles,
como un recorrido que se
abandona a los sentidos,
como un extraviado laberinto
que se inventa a sí mismo,
y se agazapa en las esquinas
del tiempo, esperando,
esperándote, como la luz al nuevo día,
como la lluvia dejándose caer en gotas,
como esos rayos de sol que a mis ventanas
roban las horas lentas,
llenándolo todo de preguntas,
y tú tan lejos de mí, sin respuestas.
El amor simplemente es,
como la hebra de un gemido,
como los ojos de un niño que
tan grandes se saben,
así de instantes el amor cuando en la
mañana nace en la voz y aguarda,
a que sus luceros sean senderos inventados,
a que le encuentren con las manos,
a que las sombras sean blancas
y sus ramas de nuestro cuerpo el costado,
y el silencio, una ventana grande,
tan grande como TÚ.
¿Cuándo serás real?,
los días pasan,
las noches ceden,
mi tiempo busca despertar en las
estrellas, y TÚ en ellas,
TÚ, que en aquellos besos dejaste
mis mejillas, que tus labios
llegaron a tocar mi alma,
desde la última vez,
mis deseos duermen sólo conmigo.
Aquí, un parpadeo recostado,
mirando los colores me observo y
me invento, la brisa me regala su mirada
y te recrea, eres verde, como el campo
verde en primavera, rojiza, como el trigal
cuando el sol despierta, azul, como los secretos
del cielo cuando ama y no lo grita,
de aroma, claridad,
tu sonido a jilgueros,
y te me escapas entre los dedos,
¡mil sentimientos podría yo acariciar si te quedaras!
Quisiera amarte con un simple roce,
una piel sólo conocida por el alma,
quisiera, más libre que las rocas,
cual barca sin ataduras pronunciar tu nombre,
TÚ, dueña de un amor que siempre
fue tu amor correspondido,
¿quién dice amarte igual que yo?,
¿cuándo?
T de S
MRGC
Namaste