Pan y vino corazón,
no es una cena de amor,
dijiste sin compasión,
si las velas están apagadas.
¿Pues será que ya no hay
más fuego entre tú y yo?
¿O será este viento feroz
que nos está interfiriendo?
Ya no podremos saborear,
el delicioso pavo servido,
ni siquiera podemos encontrar,
el tenedor y el cuchillo.
Y aunque pudiera arrancar,
algún pedazo del pavo,
en esta densa oscuridad,
no sería de mi agrado.
Porque a nuestro amor le falta sal.