La mosca insistente golpea.
Queriendo la ventana romper,
Pero limitada en su saber,
Cree usual la inútil pelea.
Un descanso y a remeter.
Lo hará por persistencia,
Rozando a la impaciencia,
Y no se plantea ceder.
Quizás lo que ella desconoce,
Pues no ha mirado al lado,
Que la otra hoja es un paso,
A la vida, y no lo reconoce.