Pocas veces hablo de mi, aunque en cada reflexión y poema está el reflejo de las experiencias de mi vida o mis deseos.
Tampoco es casualidad, que ya próxima la navidad me decida a exponer una experiencia propia con tintes dramáticos, pero con un final feliz, para los que se reflejen en ella y saben que siempre hay esperanza.
Desde pequeño me he sentido feliz y era un niño hiper-activo, pero sobre todo tenia siempre una sonrisa permanente que cautivaba a la gente, ya en mi primer trabajo los compañeros me llamaban el sonrisas...pero...
Una mala experiencia de la que nadie tiene la culpa, trunco mi sonrisa que
se disolvió como el humo de esta copa y sumió mis sentimientos en una apatía total. Era incapaz de reír por nada y quizás lo que mas miedo me dio, es que tampoco era capaz de llorar, me había vaciado de emociones, yo que siempre he tenido los sentimientos a flor de piel, nada tocaba mi alma y me sentía totalmente vacío, dejó de gustarme el contacto con la gente por que sus propias risas me molestaban...
Estuve varios años así, hasta que personas que conocía me dijeron que tenia que pedir ayuda, me veían como a un zombi ajeno a este mundo...hice caso y me puse en manos de especialistas que me ayudaron a llevarme a una regresión paulatina de mis emociones, a los años anteriores a los que había caído en ese estado...
Poco a poco volví a ser el de antes y de nuevo destacaba esa sonrisa que no me abandonaba y que yo tenia olvidada y sobre todo volví a sentir emociones...
Recuerdo, que la primera vez que lloré, descubrí cuanta felicidad puede haber en el llanto, cuando se siente uno de nuevo por fin vivo...
Si he querido dejaros con esta experiencia, es con la intención de que aquellas personas que son vulnerables en estas fechas, no se abandonen
y no dejen que una simple melancolía desemboque en una profunda depresión,
aunque en ningún momento utilicé esa palabra que no me gusta por que se usa con demasiada ligereza, es en definitiva lo que me pasó y a nadie deseo...
Lloren y sonrían, pero sobre todo vivan vivos...
No es casualidad que mis tres blog se llamen sonrisas para ti, por que yo que la perdí, entendí lo que significa una sonrisa y lo que a veces se necesita el llanto.
Ángel Reyes Burgos
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