Cuando la luna no salga
y mi recuerdo no exista, ahí estaré.
Cuando el insomnio te amargue
y las caricias te falten, ahí estaré.
Si algún día, se desvela tu sonrisa enamorada
y tus días lloran noches y tus noches las mañanas,
no esperes más, ahí estaré.
Pero, si la luna ha de salir
y mi recuerdo aún existe;
si el insomnio te contenta
y las caricias no te faltan,
si los días nunca lloran
y las noches te encantan;
no me esperes más, ya me habré ido.