He cruzado noches cubiertas de iniquidades
He caminado por calles de violentas protestas
he soñado con pesadillas pegajosas embrionarias
Me extasié con licores venenosos selenitas
Encadenado a la soledad bebí largos tragos con ella
Hallé un ángel en el vientre de una mujer
Y supe que fue un regalo divino
Aplasté cucarachas contra la pared y escuché
El lamentos de seres que perdieron el juicio
Me mojaron las tormentas de invierno y estío
Reflexioné sobre la restinga envuelto en espuma y yodo
Besé cien veces y más el crepúsculo vespertino
Lo pinté buscando los colores adecuados a mis emociones
Obligué al llanto y al dolor tajeando con palabras
Corazones almas labios que me dearon
Fui capitán y náufrago de mi destino
Invoqué deidades imposibles y planté flores sencillas
Nunca el Cielo se encarnizó conmigo
Sin embargo yo lo hice con él, blasfemias, muertes
Cotidianas astillando mi cabeza con vidrios oscuros
He cenado con la locura sentada en mis piernas
Y la injurié y la halagué hata el hastío
Me mordió durante las noches carnívoras
Pero disfruté de sus malvados encantos hasta que
No pude más … casi no puedo más
He charlado con la Muerte metafísicamente
Y me entendía porque sí simplemente
Fumé cigarrillos de gas sarín entre escombros
Y tatué mis brazos con afiches de desaparecidos
He perdido una joya que el mismo firmamento
Desearía poseer para adornar sus estrellas
Igual encontré en el fondo del túnel
De este tren que me lleva por estaciones extrañas
Tu belleza que me esperó con las manos tendidas
Con los ojos de cielo perdido
Y con una voz que obliga a los arcontes a escuchar
He andado por latitudes sureñas
Siendo un engranaje bien aceitado quizás
Pero en el oasis de la vida no te hallé, princesa.