Y vuelvo una vez más al vacío...
a este hoyo enorme que no me deja salir.
Vuelvo a mi refugio que no me deja hundir,
que me salva del ahogo dentro de este mar de lágrimas.
Tiendo a dejarte de lado, sonreir y simular
que ya no hay más dolor,
los meses pasan y pasan...
y la ilusión de que algún día volverás
cada vez se hace más lejana, inexistente.
Muero por verte, saber cómo estás,
darte un beso, abrazarte y no volverte a soltar...
temo quedarme así... caer en la nada,
cuando pensé que ya todo estaba bien...
temo caer, caer y no saber volver.
En tan sólo un instante todo se derrumba,
las lágrimas escapan de mis ojos
y me siento tan sóla...
frágil, tan frágil,
que ya no sé como me podré defender.
Mis ojos se tornan con aquel brillo...
aquel brillo que guarda tanto dolor,
tanta tristeza y desilusión...
las sonrisas de la mañana se ven marchitas,
ahogadas en esta cascada de lágrimas,
que se apresuran a salir
antes de ser ahuyentadas por la respiración entre-cortada.
Huiré... pronto huiré lo más lejos que pueda,
pero sé que esa no es la solución...
porque por más que ya no estés,
que ya no te encuentre,
por más que alejaste cualquier prueba de tu existencia de mi...
Lo que no puedes borrar siempre está ahí...
tu imagen, tu olor...
los besos que se quedaron grabados en mi piel,
el amor... el amor que siento hacia ti,
que no me deja dejarte ir.
Me rindo, me dejo caer, dejo que esto surja
ya no sé qué hacer...
estoy cansada de escribir versos tristes,
llenos de melancolía...
Por qué no hacer de nuestra historia
algo que no termine en suspiros y mirada perdida?