No es porque me haces mal.
Todo lo contrario.
Pero a veces no sé qué decir.
Después, súbitamente,
llegan a mi alma
las palabras que siento,
y te las expreso.
No soy un grande de las letras.
Pero mi alma se engrandece
al escribir, al plasmar
sentimientos...
Los del amor, las alegrías,
las desilusiones, los miedos,
la cólera, las tristezas,
las angustias, los agradecimientos.
Te veo allí, delante mío,
blanca, muda...
y siento deseos de cubrirte
con palabras,
con mis sentimientos...
Benditas son ustedes,
blancas hojas, que
no puedo abandonar...
En este breve paréntesis
que he de realizar,
te voy a extrañar...
tanto, que a veces
siento deseos de postergar,
ese viaje de descanso,
para liberar mi mente
de todo lo que mis ojos ven
y mis oídos escuchan...
Tragedia, todo es tragedia.
Todo es maldad,
no llego a comprender
por qué suceden
estos enfrentamientos
del ser humano
en contra del otro ser...
Mi alma necesita paz.
Voy hacia ella,
pero con el temor
que encuentre donde voy,
los mismos actos inhumanos
que están aconteciendo
en varias provincias
de nuestro país.
Volveré a estar contigo
página blanca, en la cual
expreso mi sentir,
antes de partir,
y a mi regreso.
No puedo abandonarte,
porque eres parte de mi vida.
Sin ti, dejaría de sentir la felicidad
que siento, aunque plasme
tristezas, pero las alegrías
también existen en mi alma,
porque a ti te tengo...
Derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto - 12/12/2013)