Gracias mi amor por entenderme,
gracias mi amor por no olvidarme,
gracias mi amor por perdonarme,
gracias mi amor por siempre amarme;
Eres una rosa muy bella y frágil,
yo un torpe jardinero
que no te supo cultivar.
Con mis ásperas manos
herí tus delicados pétalos
y no pude remediarlo.
Fue sin querer mi vida,
nunca pensé herirte
y tuve miedo perderte,
ya no sentí tu fragancia .
sólo la punzada de tus espinas.
Reconoce mi amor, también sufrí,
lloré por mí y lloré porque llorabas,
después de todo no eres una diosa,
eres real, de carne y hueso,
eres una mujer enamorada,
por eso y tantas cosas buenas
más y más te amo.
José Eugenio Sánchez Bacilio