GAVASE

ESTIMADA SOLEDAD

 

Estimada soledad,
gran amiga del poeta
cuando no siente una grieta
donde plasmar su piedad.
Ubicando la ansiedad
escondida entre las matas
del mordisco de las ratas
que pululan el sendero
queriendo ser compañero
anidando en sus erratas.

 

Estimada soledad,
hoy has vuelto a mí resaca
asentada en la butaca
del cine de la verdad.
Donde la realidad
se muestra sin timidez,
sin tapujos, y a la vez,
enseñando lo que cuenta
en un mundo que se ausenta
de la buena sensatez.

 

Estimada soledad,
vistes de lógica pura
y amaneces con bravura
callando la tempestad.
Añadiendo con bondad
lo bueno que te rodea
dando paz a quien desea
nuevo trato de confianza
con un trago que se afianza
en plenitud sin pelea.

 

Por eso estimada mía,
gracias por la libertad
que donas sin ceguedad
gran amor y melodía.
Esperando ser la guía,
siendo cual faro divino
para amante y peregrino
que busca grata bonanza
dejando libre la panza
para proseguir camino.

 

Clarece siendo dulce ola
abrazando algún aliado
estimando al asustado
ya que nunca viajas sola.
Tu sabia calma acrisola
con suave paz y abundancia
coraje y perseverancia
a todo cofre vacío
sin atavío y sombrío
abrigado en tu constancia.

 

Estimada majestad,
me despido de momento
tras contarte lo que siento
¡Ay! Mi dulce soledad,
sé que tienes facultad
de percibir que la hüida
nunca silencia la herida;
y esperando me recuerdes
reservando en prados verdes
un lugar cuando lo pida.

 

GAVASE

(foto de la red)