Paloma que vuelas en dirección al viento.
Tus alas abiertas al despertar el día.
vuelas con el amor más intenso,
desvelada por la brisa arrulladora.
Viveza paloma que avivas el cielo,
Sales ahuyente de desviar el monte.
Paloma viajera que partes la aura
con tu pico y pecho bermejo;
con tu pelo brillante y tu caminar vacilante
enamoras la vista, enamoras el cielo.
Deliras en las alturas al sobrevolar,
emerges del nubazón amenazante
de cortar tú libre albedrío.
Descansas en el vástago sombrío del atardecer
y duermes en el ocaso que se pierde en tu deidad.
Por tu experiencia te escondes
del arma del hombre
y del sabueso que te embosca
herida en el amanecer.