Luis Canela

LulĂș

Mi querida lulú, 

fuiste el mayor de mis deseos

y el perdón de mis pecados,

entraste en mi entorno cuando menos te esperaba

y te fuiste de mi vida cuando más te comprendí.

 

Creaste luz y borraste el dolor, 

sacaste las piedras y encontraste el oro,

pero tu mi querida lulú,

has inventado el miedo y has fundado la

marca de la duda entre el reflejo del amor.

 

No es seguro lo que en realidad signifiqué para ti, 

ni es probable lo que por mí sentiste; 

solo el sentimiento de un alma pura ha de yacer intacto

y ha de ser sensible al dolor. 

 

Solo existen dos momentos,

dos momentos que recuerdo con dolor:

El hecho de que me traicionaras y el haber dicho que no 

te arrepientes de haberlo hecho; Calma, 

esto no ha de robarme el sueño, querida lulú.

 

Tu bien sabes que nunca dimos los pasos adecuados

y más que nada nunca dimos cabida a la razón.

Al terminar nuestra unión según afirmas,

has encontrado la felicidad suprema 

y has llegado a hacer cosas que solo tú sabes por qué.

En cambio, yo he logrado entender, 

qué fuiste, qué no fuiste, y qué jamás serás.

 

Ya no eres la persona 

que una vez amé, ahora eres 

una canción que no recuerdo,

un poema jamás escrito, 

una razón sin sentido; Lulú.