¿Qué mal hice, musa mía,
Que no quieres que el rocío
De tu mirífico río
Recorra mi poesía?
¿Es que acaso ya no soy
Digno de tu majestad
Y tu infinita bondad?
Perdido, entonces, estoy
Si nada puedo escribir
Pues sin ti mi inspiración
Apenas será una estrella
Que nunca habrá de exhibir
Su dulce fulguración
Ni su linaje de bella.