Amo lo que represento y lo que me alimenta.
Si lo que me alimenta se vuelve parte de lo que represento; entonces soy feliz por cada momento en el que compartimos la esencia de nuestra humanidad y la libertad del espíritu, ya que a través de él, podemos reconocer nuestra propia existencia al ser conscientes del creador en nosotros y la divinidad, de la cual somos herederos e impulsores.
Armonicemos nuestros colores para generar una luz, que unidos con amor, alumbremos un futuro, en el que seamos conscientes de ser un ingrediente esencial para la existencia y un manjar para la vida que compartimos.
Eterna sea tu felicidad!!
ya que en ella está la plenitud de la mía