Cruzando la calle se vieron,
ahogaron el peso de sus deseos
en esquivar de miradas.
Y atronaban en las paredes
los latidos de dos corazones
golpeando al unisono en
lejos y furtivos,
añorados encuentros.
Los pasos entonaban
sus músicas,
se alejaban tan cerca el uno del otro
que se tocaban sus distancias.
Murmuraban te quieros
en sus silencios,sus
crudos disimulos sufrían
perdidos en sus desconsuelos.
La tierna pena que les carcomía
les cruzaba la espalda con escalofríos,
que era tan imposible ese amor
que hubiera sido mejor
no haberse conocido.
©ALFONSO NIETO CARRETERO