Federico Rivero Scarani

Descendió un ángel.

Descendió un ángel del cielo

Y agarrándome de los pelos me dijo:

¡“Vicioso, apiádate de los demás

Y de tu alma manchada”!

Y sacudiéndome me tiró contra la pared

“Yo no estoy obligado a nada”, le respondí,

Vete al cielo donde las estrellas se tocan

Pero el ángel furioso me volvió a recriminar:

“¡Tenías que ser poeta para

Contener tanta maldad!”

Y se fue dejándome preocupado

¿Qué tendrá que ver la poesía

Con mis desafortunados arrebatos?