En noche pálida te haría un verso bello.
Una rima, una prosa hasta un poema,
Adornada con estrellas y de la luna.
Amada mía con solo mirarte los ojos.
Lo que no puedo hacer es olvidarte.
Sin haberme oído decirte que te amo.
Con mis manos puedo dar vida a una rosa,
Tan bella y colorida en pleno invierno,
De esos de melón que tanto te agrada.
Surcar el rió y traerte la orquídea más bella.
Tan exótica y única como tu particular belleza,
Lo que no puedo hacer es dejar de cultivarte,
En lo profundo de mi corazón flor de abril.
Puedo traer el néctar de las flores más tiernas,
Perfumar y endulzar tus penas y tristezas.
Hacer de la noche día del invierno primavera;
Morir y volver como ángel y robarte una sonrisa,
De tus labios fuentes de mis tantas ilusiones.
Lo que no puedo hacer es ponerte al olvido,
Sin haber hecho un recuerdo bello contigo.
Pude cambiar mi rumbo hacer de ti mi destino.
Hacerme fruto dulce de tus deseos y entregarme a ti;
Honrarte con mi amor, aun sin estar tú presente.
Saber que no me amas da paz y alegría a mi alma.
Si la muerte me seduce puedo irme alegre en sus brazos;
Dejando mis versos una rosa blanca y mi eterna amistad.
Lo que no podré hacer es desprenderte de mí corazón.