aprendí a no dejarme llevar por las apariencias
porque muchas veces las apariencias suelen engañar,
que es mejor conocer a las personas
a que tomarse un mal concepto del cual te puedes equivocar.
aprendí a tener pocos amigos, pero buenos
a que tener muchos y vivir con el temor a ser decepcionado;
a veces los verdaderos amigos se ven cuando mas tu los necesitas.
aprendí que de todo en la vida se obtiene una experiencia,
y que todo, todo lo que vivas, deja su moraleja;
que de las derrotas aprendes a vencer,
y de los tropiezos a levantarse, sacudirse, y seguir adelante,
sin volver la vista atrás.
aprendí que de repente hay que saber perder lo que se tiene,
para saber valorarlo, aunque te cueste dolor y llanto;
muchas veces no sabemos valorar lo que tenemos,
hasta que lo vemos perdido, y ya es muy tarde para recuperarlo.
aprendí que la felicidad no consiste en poseer tantos bienes materiales,
sino que en vivir las cosas simples de la vida,
esos momentos únicos e irrepetibles que te hacen sentir
que tus días tienen una razón de ser en este mundo.
aprendí que la gran virtud del ser humano
no esta en escribir bonito o cantar como los ángeles,
sino que esta en amar, amar sin medidas y sin condición,
solo porque si, solo por amor.
aprendí que no es malo sacar a relucir de vez en cuando
a ese niño que llevo dentro;
que es bueno, y le hace bien al alma
sentirse niño de vez en cuando.
aprendí que es mejor reconocer error y pedir perdón
a que encerrarse en el aposento absurdo del orgullo atroz,
porque perdonando te perdonaran
y a tu alma de sus angustias liberaras...