Armando Sosa Bocanegra
Cafeteria
Diariamente en la cafetería aquellaa la que voy todos los días,pues tiene una apariencia hogareña, que tiene entre sus paredes amarillas,fotografías familiaresy al parecer son algo ancestrales. Que en cada mesa un hermoso adorno de floresque cada día es diferente,pues siempre le regalan una a toda la gente. Te reconocen desde que llegasy con una linda sonrisa,te hace sentir la más inmensa caricia. Es una cafetería perfecta, mas no vengo por eso,vengo creyendoque el amor se presentará frente a mi en cualquier momento. Pero te recuerdo a ti,una hermosa mujer con un libro de Borgesjunto a su pecho, llegando tímidamente a preguntarsobre una extraña escuela de leyesque nadie conocía, y resignada, decidiste sentarte a beberuna taza de chocolate, ya sin saberde aquel destino que buscabas. Empezaba a llover,en aquel romántico atardecer. Y empezando a leer ese libro que llevabaste veías hermosa y formal,se te veía una flamante luna llena que brillabay un gran bosque que por ti anhelaba dentro de sus ojos, una flama que despedía en tu cabelloy en todo tu ser era una clara piel similar a un destellotenías unos labios rojos como la sangre,que al sonreír daban una razón para existir. A ella desde que la vi, muy tímidamente,anhelaba encontrar en ella el amor incipiente, pero ni idea existía en esta mentequé decirle o qué preguntarle.Yo moría por me acercar,por te alcanzar Moría por decirte que quería besarte,fusionar mis labios con los tuyosy cerrando los ojos, sentir que pasaban frente a ellostodas las estaciones del año,hasta hacer juntos un peldañodonde nuestro amor siempre crecey jamás perece. Y tomé una decisión,que quizá después, de ella se lamentaría el corazón,me levanté de donde siempre acostumbro sentarmey con una mirada fija en el caminoya sabiendo mí destino sin mirar atrás me dirigí a la salida,lleno de preguntas porlo que hubiese pasado con ella en mi vida, y qué sería de mi si un díami ser la hubiera alcanzadoy el resto de mi vida estado ella a mi lado