Mi luna tiene dos caras
que aunque se parecen son distintas.
Una luce en la noche,
blanca y hermosa como una sonrisa.
La otra espera y se esconde
amamantando secretos como si fueran sus crías.
Mi luna miente a sabiendas.
Tan sólo te muestra aquello que admiras.
¿Qué pasaría si no te engañase,
si conocieras también su parte más sombría?
¿La seguirías buscando en la noche
o elegirías a otra para que fuese tu guía?
Mi luna no quiere estar sola
y por eso finge ser perfecta.
Pobrecita, si ella supiera
que ese misterio es lo que la hace tan bella.
Que nadie es transparente.
Que siempre hay dos caras en una misma moneda.
Todos los derechos reservados por su autor: Luis González-Aller