Dónde estás mi adorado niño
que en su portalito no le hallé?.
Me han dicho que a sus padres
les han quitado su Bebé
para entregárselo a los sociales
pues después del desahucio
ya no le podían mantener.
A su padre, sencillo carpintero le embargaron
los indignos financieros su humilde taller,
a la vez y que de su hogar los expulsaron
con muy mal proceder.
De nada han servido los escraches,
ni vecinos rogando que del portalito
no expulsasen a María y José
para que su Niño en su hogar pueda crecer.
El desahucio al portalito ha llegado,
lo precintaron por doquier,
por eso no reposa allí nuestro Infante amado
junto a sus padre, la mula y el buey.
Con la mula y el buey se han quedado
los sagaces banqueros
que no cesan de enriquecerse
a costa de los trabajadores que sin trabajo
les dejan los que ejercen el poder.
Los pastorcitos atemorizados
temen su rebaño perder,
y los ángeles celestiales
sus trompetas y arpas ocultan ,
no sea que hacienda les cobre
por su música ejercer.
Tristes se han quedado los Reyes
porque por la verja no les dejan avanzar,
pues dicen que carecen de papeles
para a nuestra patria entrar.
Visados les dieron a Melchor y Gaspar,
pero a Baltasar por ser negro
no lo han dejado pasar,
por eso tras las alambradas
el mago negro se hubo de quedar.
Sus pajes apenados porque a los niños
regalos no les pueden dejar
decidieron cruzar la alambrada
para con los peques festejar.
Las concertinas les abrazaron
hasta hacer jirones en sus carnes
y a pesar de sus heridas
lo que más les lastimaba
era no estar al lado de los niños
que con ilusión esperaban sus regalos.
Por sus pieles negras, negras de color,
y enrojecidas por las heridas
por causa del opresor
sangre y lagrimas amargas derraman
como las que derramó el Señor
por causa de la corana de espina
que otros tiranos su cabeza cubrió.
La historia se repite
porque siempre hay un opresor
que no dignifican a los hombres
pretendiendo dejarles sin honor.
¡Oh mi niño amado!
cuánto dolor hay en este mundo
y en nuestra amada patria
que de la pobreza apenas salió
han vuelto los malos tiempos
que de miseria nos cubrió.
Ahora ni los hogares se respetan
pues a pesar de tanta reverencia
y rezos al Señor,
los ladinos poderosos de engaños
nuestros suelo cubren sin ningún pudor..
Melchor y Gaspar se vuelven con tristeza
Con gran dolor de corazón
pues no reconocen a nuestra tierra
que siempre bien les acogió,
pues ahora necesitan visados
para hacer su bondadosa labor.
Baltasar por ser negro,
sin papeles se quedó,
a pesar de ser mago,
su magia a los corazones innobles
no conmovió.
No saben nuestros magos
como cruzar fronteras
sin ninguna condición;
sólo hay que repartir sobres
a los que ejercen el poder.