Las noches de silencios
que invaden nuestro espacio,
que nos llenan de recuerdos
y nos elevan hasta el firmamento.
Y los fragiles suspiros
que como plumas en el viento
recorren sigilosos y sin miedo
el camino hasta su dueño.
Son las pruebas que sufrimos
y que ejercen su función
de encontar lo que sentimos
e invocar lo que vivimos