vi las estrellas de tus ojos
convertirse en estrellas
dispersando tus enojos
para vestirte de reina.
Sí, vi el encanto escondido
de tu alma soñadora
que en un rosal florecido
brinda su bello aroma.
He visto tus emociones
con alas de vuelo inquieto
volviendo llanto canciones
para enfrentar nuevos retos.
He visto tus manos aletear
en un mundo diferente
como fruta que ha de madurar
orgullo de su simiente.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Maracaibo, Venezuela