Yo me imagino a un jinete haciendo el amor corriendo,
una yegua de carreras cuando la va conduciendo.
A la mujer asustada por los brincos que ésta da,
pero sin importarle nada, por gustarle como va.
A un piloto en su nave a miles de pies de altura,
sin cuidar de quién se chave si a los mares va a parar,
La mujer más se le afinca dando gritos con dulzura,
la nave se va en picada y ella mueve la cintura.
A un astronauta en la luna sin control de gravedad,
dando brincos por el aire y la tierra ver voltear;
La mujer desesperada por no poderlo agarrar,
para dejarlo desnudo y su vagina penetrar.
Hacer el amor con susto, eso es bien bueno Comay,
lo importante es que no hay, por nada perder el gusto,
Que bueno es en la playa y rodeado de palmeras,
aunque del cielo nos vean con las dos nalgas por fuera.
Lo que yo no me imagino cómo será en el infierno,
que lo haga sólo El diablo rodeado de tanto fuego.
Allí si que no me arriesgo si es que allí voy a parar,
mejor me quedo con ganas no soy maní pa’ tostar.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita