Desperté en un momento inoportuno,
me cubrió el sol cuando la luna salía,
el viento soplaba a favor en ese día
y el miedo a perderte provocó solo agonía.
Quisiera pensar que no te he perdido,
que esta noche solo estoy aturdido,
y mañana estaré junto a tu lado amor
Pero, ¡Oh Dios, cómo pesa este dolor!
Sin embargo, hoy mientras caminaba
el sol sonrió hacia mí con un gesto gris,
cómo duele pensar que hasta él tiene tristeza,
cómo duele imaginar tu silueta en mi cabeza.
Sólo entérate niña, ángel y hermosa mujer,
sin lugar a dudas tienes al Sol, Luna y cielo a tus pies
y si me dieras esa oportunidad ojos de miel
te haría ver el universo desde lo más profundo de mi ser.
Yo sé que los sueños se pueden hacer realidad,
sé que las pesadillas son los pensamientos de tu sinceridad.
Quisiera ser parte de ese sueño real,
sin embargo muero en la pesadilla de mi vulnerabilidad.
Con un verso de mi prosa explicaría lo que siento por ti,
pero me desenvuelvo y no puedo hacia los instintos de escribir,
quiero que sepas que hay dentro de mí:
¡Un amor apasionado hacia ti! Niña, ángel y mujer:
No seas tan cruel…
¡Voltéame a ver!
¡Pues no te quiero volver a perder!