Se presentara como un don nadie,
sin prestar atención anonimato de sus retractores
buscando fama emergerá entre la muchedumbre
como tantos otros han encontrado su lugar
no sin antes de fango su rostro manchar.
Y es de humilde descendencia pueblerina
sus sueños transcender las fronteras de la fama y el elogio.
Inmerso en la soledad como un artesano de la pluma
ensimismada avaricia plasmar el grial de la poesía,
así como de oficio, en la carrera no todos son genios,
dar el golpe a la suerte o quizás tejiéndose el destino
se cruzara el oportuno instante de la fama
mas esta consideración es solo para lo que buscan
el camino fácil y efímero pues primero
esta el dote del talento que un golpe del azar.
Llegar a la cúspide cuesta tanta sangre
y tanta lucha para llegar a figurar.
Mas como el guerrero de mil batallas
no se dejara amilanar
y desafiara las metas que otros inmolados
sus armas han bajado sumidos en la derrota.
Trajín y ajetreo y no hay campo para la fatiga,
no vale un descanso si se quiere llegar a lo alto,
concentrado entre grandes obras
de sus autores predilectos
estudiara y estudiara cada una sus letras,
seria tan vano copiar lo que otros ya han ganado
y de sus manos creara su propio estilo personal;
así lleno de su ser,
como cada quien es tan único y diferente.
Y de poeta anónimo así como de sus letras
buscara la consagración abriéndose
paso entre otros rimadores
orlado de titulares su ego
inquieto y ávido
fantaseando mirara con los ojos fijos la inmensidad
y se ha de preguntar:
¿Quién cantara y aplaudirá mis poemas?
¿Quién alguna vez dedicara mis rimas enamoradas?
Y sin mediar recelo volverá de su trance soñador
para seguir luchando por lo que tanto busca y ansia
ser considerado entre los grandes un gran escritor.
Autor: William Cerdas Logan