Son de tauro pecho
y en los brazos y la espalda
las marcas esculpidas
por cargar el cielo.
Son vestías hermosas
presas de su propia quimica,
minatauros de cándidos ojos
e infante léxico, tontos,
pero poderosos.
Son a mi pecho
sus cabezas progenie de Minas,
y mi cabeza a su pecho
el beber de este,
la sal de su cuerpo
y sanar con palabras sus heridas.
Son a mis ojos
la belleza de Lidia,
El objeto que se les ha hecho
en la isla de Greta.
Ante mi danzan
en sudor y sangre
el fuego, las colonias de mi mente,
la pasión y la propia vida