No hay espera, los aguardas sin tardanza
en doceavo mes, pesquisa ya comienzas
de los filmes en frenética encomienda
su tragedia, drama, risa y... esperanza.
En imán, hoy más que nunca, la familia
al unísono, en ésta época conciertan
coincidiendo en la película, se sientan,
palomitas, los refrescos... “¡Shhh, ya inicia!”...
El soldado que regresa, arma en batalla
encontrando los retazos de sus huellas
lotería al regresar, siente es su estrella
mas, no halla más que extraños en muralla.
El pequeño que muy huérfano ha quedado
de su madre, que es el caso ordinario
en nuestro pecho, su dolor en campanario
que aún repica, al tratar de consolarlo.
Tantos años, hombre roto en cuclillas
con la frente en sudores de tormentas
y las palmas, tantas llagas de herramientas
enfermando en un futuro sin semillas.
El amor de dos opuestas jerarquías
en milagro su latir se da sin tregua
no importando diferencias de monedas
sólo triunfa el amor, sin más porfías.
Y los hay perdiendo techo y hoguera
en las calles, su orgullo se evapora
los “amados”, sociedad... todos ignoran
el amor que ha escapado... con carteras.
Los que viven separados por los mapas
en los filmes, también llevan su partida
cuatro lustros que pasaron, ya sin vida
y el suplicio que del corazón no escapa.
En su cuerpo, enfermedad fatal alberga
es un santo, no comprende bien su sino
y aún más, es un infante o peregrino
infectado en cotidianas carreteras.
No te angusties, es un filme decembrino
y el dolor, en realidad muy fiel proyecta
mas, en cinta la esperanza y fe inyectan,
¡y en milagro, paz y amor sanan destino!
Copyright© 2013 Rocío Vega-Ponce