Mensajero infiel.
Te duermes de día, te escondes de noche.
O muestras tu cara sin rostro y brumosa.
Me acerco a ti,
Abro tus puertas y no estás.
Adónde te has marchado sin dejar siquiera
Un pedazo de aroma, de luz y caricias
De besos inmensos, de pechos calientes
Que siempre derramas en mi corazón.
En ti, mensajero impío,
He puesto mi vida y te la has llevado.
La escondes o la has perdido.
¡Traición! Así me pagas tanta confianza.
No debiera regañarte siquiera.
Me haces perder la serenidad.
Messenger inútil. Vete. Levántate y anda.
Tráela a mi vista.
Es triste, es duro, es insoportable,
Abrir tu página inerte,
Buscando a la dueña de mí corazón,
Y no encontrarla.