Tus recuerdos lacerados,
tus besos mutilados
y los sentimientos,
igual, a una cama de algas,
que el mar a la playa tiró
y en su vaivén, las olas,
al mar las devolvió.
El viento arrastró tu imagen
y de nostalgia mi ser llenó
y como un ciclón, pasó.
No pude retener tus manos,
tampoco pude, en tus ojos,
el amor vislumbrar.
El aroma de tu piel no pude percibir,
la humedad de tus labios
en mí no se impregnó,
el fuego que ardía,
casi, casi, se apagó…
quedaron en las cenizas,
leños que no se pagaron
y con un soplo del viento,
la brasa, de nuevo ardió.
Aquí en mi corazón,
la ilusión se aposentó
y en mi alma,
la llama se avivó,
aquí en mi pecho
ardiendo llevo el amor
y en mi jardín, germinaron semillas,
semillas, con cara al sol.
Felina