Querida amiga, así he de llamarte,
Aunque no hago más que desearte,
Que estés a mi lado y, estando, amarte,
Y con el ansia de mi corazón, besarte.
Querida amiga, no quiero suplicarte,
Tú lo sabes bien, no puedo explicarte,
Si es difícil para mí, pues no tengo el arte,
De hablar conmigo mismo, como un aparte.
Quiero decirte: Te Quiero, simplemente,
Dejarme actuar libre como quiero: quererte,
Pues me he cansado ya de ser abstinente,
Y callarme por dentro haciéndome inocente.
Te quiero y sepas que no ha sido de repente.
Testigos fueron tus manos, otro aliciente,
De tu belleza, y yo, apenas un confidente,
De mi corazón, atrapado en esta corriente…
El amor de mi vida, serás tú, eternamente.
No me importa el futuro, si es irreverente,
Conmigo, contigo, o si se hará ausente,
Porque el amor, amiga, lo tengo presente.