Soy todo un universo
donde en silencio ocurren
un cúmulo de milagros
que ni siquiera se advierten.
Soy todo un microcosmo,
millones de seres me habitan
desempeñándose a diario
respondiendo a la tarea
que la Naturaleza asigna.
Dando siempre la batalla
en su quehacer cotidiano
las células, las enzymas,
leucocitos y eritrocitos,
las neuronas, las hormonas,
la microbiota de mis entrañas
junto a algunas alimañas
en una química milagrosa
hacen posible que yo viva.
Mis malos hábitos enfrentan,
defendiéndose en el acto
a veces ganan, a veces pierden
y ajena ni me percato.
Mas de pronto se manifiesta
el daño que se ha causado,
con dolores, con tumores,
o con cáncer entre otros tantos.
El desorden, la inconciencia,
los ha desequilibrado,
y luego...todavía pregunto:
¿¡Cómo es que ésto ha pasado!?
Que me duele la cabeza,
que no aguanto la hinchazón,
que ahora la taquicardia
me fastidia el corazón,
y luego...como pilón
que también falla el riñón.
Ya me pongo boca abajo,
ya me pongo boca arriba,
el caso es que ya no aguanto
el dolor de la barriga.
Después de graves descuidos,
habrá que comenzar
a darse un mejor trato
y ajustarse de buen grado
al funesto resultado
que sin duda es una razón
porqué a veces por la vida
algunos van tan trastornados.