EL AMOR ES PACIENTE
Sentado a la ventana de tu alma
me pongo cada noche
a esperarte en silencio…
con esa fe minúscula y ciega
de que te acercaras.
Ayer por la mañana… bien temprano/
vi el mar de tus olas que saltaba
de una de tus pupilas,
parecía una señal, una bengala
de que allí naufragabas.
Bordeé con mi mirada en tu aureola,
surqué mil horizontes en la ausencia,
me ahogué en mis propias sales,
enjugando mis labios del te extraño,
degustando en mi boca la amargura.
Aun, no he aprendido la paciencia/
a amar tu gestos suaves y serenos,
a comprender tu cara.
Se me ha hecho difícil esperarte…
buscarte en cada alba,
en tardes del oprobio deleitarme
en la nada de un eco que no veo.
Tu mirada me esquiva, se me pierde
en la bruma y el sueño…
tu imagen siluetea como flecha
la piel de mis palabras.
Tú quieres que apaciente tus promesas,
que crea en lo imposible de lo incierto,
que se oiga mi silencio.
Tú quieres que en el muelle anclé mis pasos,
que tiña de grisáceo mi esperanza,
que cuente el parpadeo de las horas.
Me hablas del amor y de la espera,
de lo que no poseo,
y yo pendiente en mí en soliloquio
con las manos al aire
viendo el cielo que truena y me hace muecas,
y las nubes cargadas de nostalgia…
hasta que estalla en agua…
y lluvia de impaciencia mis mejillas hiere,
y se mojan mis ganas.
Y así pierdo mis fuerzas y el deseo de amarte
y aun no puedo entender…
por mas que trato
que el amor es paciente.
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