Surgiendo de repente
Entre mi memoria
Acaricie la emoción
Nefasta de la desnudez
De tu “Sin alma”
Y entonces:
Ahora, mírame aquí,
Sentado en lo indescifrable,
De la vida de la muerte,
Y huyendo de esta verdad.
Mi ignorancia, como
En tus ojos la luz.
Me prohibieron la mirada
En el eterno de tu “Sin alma”
Tu mirada.
Y me prohibieron la luz
De mi noche, tu luz.
Francisco De Tescia