Te elegí para siempre
en la pobre medida
que del siempre se nos concede
a los mortales
de este lado de acá.
Te elegí, pues, para poco
pero ese poco es todo lo que poseo
y un poco más aún:
es -por ahora - todo lo que soy.
Sin embargo,
dejo constancia aquí
de que si para más fuera posible
para más te eligiera,
todas las veces que me lo planteasen,
como te hube escogido para siempre una vez,
en la hermosa medida del siempre
que a los seres mortales nos es concedida.