Con las piernas casi con el horizonte
Se va convirtiendo en todo mi centro
Mas tras su abierta ventana me encuentro
Como quien descubre oro en punta del monte.
Recostada sobre su propia cama
Con una mano acaricia su pecho
Mientras fija su mirada en el techo
Busca su mente iniciar una flama.
Tocando su vagina puede sentir
Que con miradas la deseo y abrigo
Y sonríe en mi delirio de mártir.
Algunas veces invito un amigo
Para con él poder compartir
Lo que ella comparte conmigo.