Amor, déjame contarte,
que tengo un amor,
que me funde y arde,
y parece más grande al cuerpo suyo,
arropado en guirnaldas de cocuyos,
y desnudas artes.
Este amor tan bien es tuyo;
al nacer enardece el horizonte,
como un beso al estandarte,
y devora sus madrigueras,
con su fuego-aliento,
impregnado en las palmas,
y antes de morir renace,
en cenizas del capullo,
Este amor es hangar de fénix,
por alado el corazón,
y sus plumas de coral,
y su aroma de sexo carbonizado,
este amor es tan letal,
que, donde socava la vida,
es de beberse mí mal,
y sumergirse en mi bien,
para fundar otro hangar.