Hoy, muchos pensaban vivir mañana
Inocentes risas que nunca terminaron
Sudores nocturnos de estaño, de cobre.
Escaleras de barrios, humo de dientes grises.
Tarde la luna avisó,
Fueron los vientos rotos.
Torres movidas por el señor imperial.
Las risas terminaron.
Grises los dientes a negros
Lúgubre vestido citadino
Montañas de huesos sin almas,
De carnes ahuecadas.
Por ellos,
Anhelos no alcanzados.
Por ellos,
Materiales de práctica.
Ayer y hoy muchos pensaban que vivirían,
Sin predecir el estaño cortante.
Rosas negra cortarlas para las rojas calles,
Voces silenciosas dijeron su grito.
Pobres calles galardonadas,
Debut de gloria insensata.
Rescate a la muerte no anunciada.
Ayer, muchos pensaban vivir hoy.